Si pensamos en los mayores que tenemos en nuestro entorno y reflexionamos sobre la velocidad de los diferentes cambios sociales y tecnológicos, sin lugar a duda, podemos decir que nuestros mayores son uno de los grupos más vulnerables y que más apoyo necesitan frente a estos cambios.
La relación con la familia, con los amigos y la cuadrilla, con el médico, con la tienda o con el banco, están cambiando del modo presencial – como ha sido toda la vida – a que con más frecuencia la alternativa sea a través de una pantalla. De un ordenador. De un móvil. De una tablet. Web o aplicación móvil. Y la tendencia continuará. Esto no se detiene.
Estos días hemos escuchado cómo Carlos San Juan de la Orden está a punto de lograr 400.000 firmas (online) demandando la «humanización» de la atención en las oficinas bancarias a los más mayores.
Las entidades financieras están cambiando la forma de relacionarse con sus clientes desde una atención presencial en las sucursales bancarias, hacia una atención remota, a través de una pantalla o centralita telefónica, donde el cliente es el encargado de realizar sus propios trámites. Algo que no es un cambio sólo de la banca, sino que es extensible a otro tipo de servicios, como el comercio electrónico o los trámites online con la Administración.
Es el mundo que vivimos. Internet puede facilitarnos mucho la vida, pero su manejo no es igual de sencillo para todos. Os entendemos.
Los cambios no son fáciles.
No son fáciles para el 20% de la población española que es mayor de 65 años. Y todavía más si vives en una zona rural con pocas o ninguna sucursal bancaria e incluso con problemas de cobertura de Internet.
La realidad es que, aunque cada vez es más fácil, el uso de la banca online tiene su complejidad para muchas personas que no disponen de habilidades digitales básicas. Es necesario tener un smartphone, instalarse una app (o varias), configurar un acceso seguro, adquirir confianza y saber protegerse de las principales amenazas y fraudes en Internet, así como aprender a manejarse para consultar movimientos, realizar pagos online, y otros trámites que a los mayores a veces se les hace cuesta arriba. Y no solo a las personas mayores.
De las personas de entre 65 y 75 años, tan solo el 56% se conecta diariamente, dato que se reduce al 20% cuando hablamos de mayores de 75 años.
Y, ¿qué porcentaje de personas de entre 65 y 74 años realiza gestiones de banca electrónica en España en el 2021? Pues tan solo un 38%.
¿Qué pasa con el otro 62%? Pues que al cerrar sucursales bancarias muy probablemente perderán autonomía para poder gestionar su dinero, haciéndoles aún más dependientes de familiares o allegados que puedan ayudarles… y quién sabe, quizás en adelante alguno incluso decida guardar sus ahorros en un cajón.